sábado, 8 de agosto de 2015

Mandarinas y un piano.

En uno de mis tantos días extrañándolo, se me ocurrió este título. Recuerdo que uno de los pequeños detalles que me hicieron comenzar a sonreírle a la pantalla de mi teléfono era algo referido a las mandarinas. Recuerdo haberle contado sobre mi pequeña adiccion al sabor de estas frutas, la verdad es que siempre las como, más que todo en invierno, son una de mis favoritas. Y también recuerdo, que Él un día después me había mandado una foto de una mandarina en trozos y con un pequeño mensaje "Mira lo que estoy comiendo", y qué tonta debí haberme visto al sonreír con eso y más ahora recordando estos pequeños detalles. Me siento un poco fácil, con eso ya me había hecho sentir feliz ese día, no sabía por qué, en aquellos tiempos yo no había imaginado que terminaría tan ilusionada como ahora, cómo cambian las cosas y eso me da un poco de nostalgia. 

Me di cuenta de que todo esto estaba lleno de símbolos, porque el piano también se había convertido en un recuerdo, por lo menos para mí. La simbolización de que alguien había podido enamorarme sin si quiera tocarme, a veces me imagino qué habría sido de nosotros si sintiéramos nuestro contacto, quizá habríamos terminado como locos, y a mi que me encanta la locura. Y me pregunto, ¿se acordará Él de mi cada vez que come una de mis frutas favoritas? 

Espero algún día escribir un libro con el título en cuestión. 


P.D.: Si estás leyendo esto, espero haberte sacado una sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe lo que pienses.