martes, 9 de septiembre de 2014

Tú.

Era tu manera de mirarme la que hacía que todas las mariposas de mi estómago, cansadas de tanta amargura, revolotearan sin parar. Mi corazón emocionado, respondía con rapidez ante tanta inquietud, brincaba muy fuerte, tanto así que por un momento creí que se desprendería de mí.

Me abrazabas y yo me quedaba sin palabras, tomaba aire para poder mantener la calma. Cualquier mínimo roce con tu piel, bastaba para hacer que dentro de mi explotara una bomba atómica de nervios.

Tus besos, ¿cómo puedo describir tus besos? ¿acaso eso es posible? A veces siento que no existen palabras para describir ese anto en el cual tus labios jugueteaban con los mios de una manera tan dulce, como si no quisieras romperme. Nuestras bocas se amoldaban perfectamente a nuestros sentimientos, mientras que nuestras lenguas eran la una para la otra y eso era perfecto.

Amaba sentir como mi alma se encendía cada vez que me besabas. No sé con exactitud si era amor pero, era algo que jamás voy a olvidar.


Te extraño.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Me acordé de ti

Hoy me acordé de ti, y de las palabras dichas. Me di cuenta de que todos decimos muchas cosas pero, sólo una pequeña parte es cierto, el resto no es seguro.

Me acordé de que me decías que querías estar conmigo, fue ahí cuando empecé a llover. ¿Se puede dejar de querer a alguien tan rápido? ¿Olvidarla tan velozmente? Me pregunté.

No, tal vez lo que dijiste no fue cierto.


Lo que más duele es que jamás te dije que te fueras y que tú nunca te despediste.