jueves, 27 de agosto de 2015

Caminos

Y me sentía sola una vez más, intentaba hablar con cualquier persona, pero ninguna llenaba ese pequeño vacío que mi corazón sentía. Una de las pocas personas que me escuchaba sin aburrirse, ya se había ido, y siento que ya no tengo a nadie. 

Fue un día complicado, estaba yo de camino a una de las dos entrevistas que tenía ese día, y me sentía sin apoyo. El único apoyo lo recibía de mi misma y mis padres, y a veces sentía que no era suficiente, aunque me gustaba pensar que Él desde algún sitio también me deseaba el éxito tanto como yo a Él. 

Un éxito que en mi camino lo veía cada vez más lejano, en mi pequeño pedazo de vida que he tenido hasta ahora, siento que he decepcionado a muchas personas que tenían altas expectativas conmigo, y no sé, siempre he hecho mi mayor esfuerzo pero, aún así nada es suficiente. No veo la hora de que algún día, el destino se compadezca de mi y que por un momento, todo esté bien y en su lugar, en mi vida. 

Nada salió bien ese día, me había puesto mi mejor ropa para impresionar a las personas, hice lo mejor de mi por dan una buena impresión de mi persona.

Y aún así, todo salió mal. 

Y aún así no fui suficiente. 

Supongo que seguiré buscando una solución al cumplimiento de mis sueños, ojalá y algún día el destino me de esa dicha. 


Estoy cansada de siempre decepcionar. 

domingo, 23 de agosto de 2015

Creí.

Y creí que lo tenía todo para ser completamente feliz, si, eso pensé. Tenía muchas cosas por las cuales debería tener una sonrisa imborrable pero, todo era temporal. Las cosas y las personas siguen ahí, pero mi mente sólo estuvo ocupada un momento. Mi corazón se distrajo un instante. Reí hasta llorar un tiempo. Sigo estando feliz pero, algo me falta... Mi corazón me pregunta qué se siente así, por qué a pesar de estar rodeado de tanto calor, aún siente frío. Es sólo recordar un instante lo mucho que lo extraño, para pensar en que si Él estuviera aquí, mi felicidad sería aún más.

Me siento feliz por haber sido querida de una manera tan bonita pero, es inevitable sentir esa punzada de dolor al pensar en que quizá Él algún día deje de recordarme. Al pensar en que Él es como la Luna, que qué bonito admirarla y qué triste no poder tocarla. Pensar en que mi corazón algún día tendrá que verlo mirar hacia otros ojos. Pensar en que jamás podrá ser mío. 

Veo sus fotos y sonrío con un poco de dolor, es una sensación extraña esto de que recordar a una persona te haga tan feliz y triste al mismo tiempo. Beso su foto y cierro mis ojos. No lloremos, vamos a sonreír, corazón. Aún tenemos muchas cosas por las cuales sonreír, incluso Él es una razón. Con un poco de alegría y tristeza pero, lo es. Y quizá, si el destino se compadece de nosotros, lo volveremos a ver.

Es cierto, eso de que no nos olvidamos de las personas, simplemente aprendemos a vivir con su ausencia. A mi me cuesta, yo no quiero olvidarlo, tampoco quiero que me olvide. Quiero tenerlo siempre en mi corazón. Quiero aprender a vivir sin Él pero, recordarlo una y otra vez. 





Haces falta.  

martes, 18 de agosto de 2015

La historia

Estoy escribiendo la historia que quiero darnos y no tiene un final feliz, simplemente porque no quiero que tengamos un final. Nuestra historia es de esas con las que se llora y se sonríe a la vez, en mi mente estamos siendo felices. En mi mente, tú y yo somos indestructibles.

En mi mente tenemos un montón de obstáculos que el destino pone para alejarnos cada vez más, pero no lo logra, al final del día logramos superar cada cosa que nos intenta estropear la felicidad. Al final del día siempre hay luz a pesar de todo. ¿Te cuento más? En la historia en mi cabeza veo tus ojos abrirse cada mañana, sonríes y luego cada uno se va a perseguir sus sueños. Y es así todos los días, dirás que es un poco monótono pero, no sabes lo feliz que me hace esa monotonía en mi cabeza. 

Nuestra historia aquí no es tan triste, más bien es feliz por el simple hecho de tocarnos y sentirnos cada uno. Es todo lo contrario a la realidad que vivimos, y a pesar de lo diferentes que son una de la otra, hay dos cosas en común: los personajes principales y el sentimiento que hay entre los dos.  


Y ojalá algún día, un día cualquiera, mi historia ficticia pase a ser la realidad que viviremos. 

Y ojalá tú despertando a mi lado cada mañana.

Y ojalá me pases una y otra vez. 


domingo, 16 de agosto de 2015

Me gusta.

Me gusta despertar y sonreír imaginando que estás aquí.
 
Me gusta prepararme un café e imaginar que estas ahí tomándolo conmigo. 

Me gusta imaginar que me tomas de la mano. 

Me gusta tomar una ducha y pensar que estás ahí jugando conmigo. 

Me gusta colocar música y bailar imaginando que estás haciéndolo conmigo. 

Me gusta imaginar la escena donde yo estoy durmiendo en tu pecho mientras juegas con mi cabello. 

Me gusta caminar a brincos e imaginar que estás detrás de mí sonriendo y pensando que quizá he perdido la cabeza. 

Me gusta imaginar tus manos posadas en mi cintura mientras me das un abrazo. 

Me gusta imaginarme corriendo hacia ti después de un largo tiempo sin verte. 

Me gusta imaginar que estás ahí cuando estoy triste y que me sacas una sonrisa. 

Me gusta imaginarte molesto conmigo y que aún así te verías hermoso.

Me gusta imaginar un día entero a tu lado.

Me gusta imaginar una vida entera junto a ti.

Me gusta imaginar que aún estás pensando en mí. 

Me gusta ver a la nada e imaginar que estás viéndome desde algún sitio. 

Me gusta pensar que tendremos un futuro juntos. 

Me gusta creer que envejeceremos juntos. 

Me gusta pensar en ti. 

Me gusta imaginar algo casi imposible. 

Me cuesta creer nuestra realidad. 

Me cuesta creer y aceptar lo que está pasando de verdad. 

sábado, 8 de agosto de 2015

Mandarinas y un piano.

En uno de mis tantos días extrañándolo, se me ocurrió este título. Recuerdo que uno de los pequeños detalles que me hicieron comenzar a sonreírle a la pantalla de mi teléfono era algo referido a las mandarinas. Recuerdo haberle contado sobre mi pequeña adiccion al sabor de estas frutas, la verdad es que siempre las como, más que todo en invierno, son una de mis favoritas. Y también recuerdo, que Él un día después me había mandado una foto de una mandarina en trozos y con un pequeño mensaje "Mira lo que estoy comiendo", y qué tonta debí haberme visto al sonreír con eso y más ahora recordando estos pequeños detalles. Me siento un poco fácil, con eso ya me había hecho sentir feliz ese día, no sabía por qué, en aquellos tiempos yo no había imaginado que terminaría tan ilusionada como ahora, cómo cambian las cosas y eso me da un poco de nostalgia. 

Me di cuenta de que todo esto estaba lleno de símbolos, porque el piano también se había convertido en un recuerdo, por lo menos para mí. La simbolización de que alguien había podido enamorarme sin si quiera tocarme, a veces me imagino qué habría sido de nosotros si sintiéramos nuestro contacto, quizá habríamos terminado como locos, y a mi que me encanta la locura. Y me pregunto, ¿se acordará Él de mi cada vez que come una de mis frutas favoritas? 

Espero algún día escribir un libro con el título en cuestión. 


P.D.: Si estás leyendo esto, espero haberte sacado una sonrisa.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Letras escritas con sentimiento.

Todo esto son sólo letras para ustedes. Pero detrás de todo, hay una gran cantidad de sentimientos buscando ser escuchados. Y no es algo que yo busque en mi mente para impresionar a los demás, es simplemente el desahogo de mis pensamientos, de mis emociones. Muchos dicen por ahí que cuando se esta triste y enamorado se escribe más bonito, y no hay algo más cierto que eso. 

Cuando se esta triste nuestra mente busca alguna manera de drenar todo lo que siente y todo aquello que quiere decir. Muchos optan por llorar, que no niego que sea algo que alivie realmente, pero otros tenemos la oportunidad de escribir y es mucho más bonito que hacer un mar de lágrimas con nuestro dolor. Yo personalmente me alivio con ambas cosas, pero mi opción preferida es escribir porque el resultado es mucho más atractivo que una cara color carmesí y llena de lágrimas. Me hace ver que dentro de tanta oscuridad también se puede apreciar algo bello y es eso, un texto que puede hacer que cualquiera de los lectores se identifique. O simplemente entretener. 

Cuando se esta enamorado también se escribe muy bonito. A mi en lo particular me gusta describir esas pequeñas perfectas imperfecciones de aquel que quiero, me gusta proyectar todo eso que admiro y siento por esa persona. Y no hay nada más bonito que ver lo mucho que alguien se ha enamorado. Lo mucho que alguien le gusta mirar sólo un par de ojos y no los de otra persona. 

Me gusta que las personas lean lo que siento, no espero ser alabada ni tampoco criticada. Sólo espero ser entendida y hacer que otras personas se identifiquen con mis pensamientos. Porque no hay nada más bonito que eso. 

Y por eso doy gracias a esa persona que es motivo de mis letras, a aquellas que lo han sido en el pasado también, a mis miedos y a todo aquello que me ha impulsado a tomar un lápiz y escribir lo que siento. 

lunes, 3 de agosto de 2015

La imaginación

Estábamos en una cama, la verdad no sabíamos qué hacer aunque si sentíamos de todo. Opté por tomarle la mano y sonreírle. Le di un beso suave y rápido. Luego Él me besa de la misma manera pero más apasionante, más loco, más divertido. Le toco el cabello y sonrío como nunca lo había hecho en mi vida. Me gustaba tenerlo cerca, tocarlo, acariciarlo, abrazarlo, besarlo, morderlo y otras cosas. 

Él me toca, me acaricia, me abraza, me besa y me muerde. Y qué divino se sentía, estar con Él era cielo y tierra al mismo tiempo. Realidad y fantasía. Era mi hogar. 

Perdí la cuenta de las veces que le besé la sonrisa, esa que me vuelve loca. Perdí la cuenta de las veces que mordí sus labios con todas mis ganas. Perdí la cuenta de las veces que me sentí en el cielo. Perdí la cuenta de las veces que lo miré a los ojos y sentía un terremoto dentro de mí. 


Abrí los ojos con el pulso acelerado, el pecho me retumbaba, sentía que se me saldría el corazón. Y después de todo me di cuenta de que era un juego sucio de mi imaginación, de mi mente desesperada por su compañía. Él no estaba aquí. Estaba el vacío a mi lado en la cama, sonriéndome y recordándome todo lo que me dolía su ausencia.