Me atrevo a
decir que me enamoré… De tu mirada, tu sonrisa, tus besos, tus abrazos, tu buen
humor, del suave sonido de los latidos de tu corazón cuando me apoyaba en tu
pecho, de tu sarcasmo, tu impaciencia, tu necedad, tu mal humor, de tus demonios,
de tu lado oscuro, me enamoré de ti. Y no es sólo eso, también de cómo me hacías
sentir. No digas que no eres bueno para mi, porque estando contigo se desvanecen
mis inseguridades y miedos. Deja de decir que no eres perfecto y que jamás lo serás, porque hasta de tus imperfecciones me enamoré, amor. Sé que no eres un príncipe
montado en un caballo blanco, pero si eres aquel que le daba alegría a mis días,
aquel que me salvaba cada vez que me hundía.
Y es que
siempre fuiste mi pedacito de cielo. Estar contigo era como estar entre las
nubes, pero también firme en el suelo. Jamás me cansaré de decir que siempre
serás mi mejor opción.
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