Es una
habitación oscura, afuera cae la lluvia y yo estoy sentada frente a la ventana
viendo como lloran las nubes. Cierro los ojos y las cicatrices vuelven a
abrirse, entonces empiezo a llover yo también.
Cada
sonrisa, cada mirada, cada suspiro, cada tristeza, cada abrazo, cada palabra,
cada recuerdo vuelve a mi mente, es inevitable extrañarte. Abro los ojos
dejando salir un par de lágrimas y sacudo la cabeza, no… No quiero pensar más
en tu ausencia, pero siempre está ahí y la siento cada día. Si supieras lo
amargo que se siente, creo que llorarías también.
Me acuesto
y escucho la lluvia, cierro los ojos otra vez… Si, me haces mucha falta.
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